Un gran vertedero de la capital de Nicaragua, siempre cubierto de niebla, es el hogar de María, una niña especial y con mucha imaginación. Vive con Lilibeth, su madre, y unos cuantos perros y sus cachorros que están a punto de ser vendidos. Cuando María los envenena accidentalmente, Lilibeth toma la difícil decisión de abandonarla en una planta de reciclaje, donde es obligada a trabajar junto a otros niños.